A quien Interese,
No me había dado cuenta que la vida había pasado tanto. Hasta hace poco veía por mi ventana hacia la calle húmeda después de una fuerte lluvia, a pesar de lo malo que podría llegar a ser ella. Me gustaba su sonido en el tejado. Es algo fascinante saber que cae una gota pero a pocos metros cae otra, y luego otra y otra, hasta que cada una de esas gotas forman una enorme sábana de agua que desciende de los techos e inunda la calle donde solía correr. Era libre en aquel momento. El correr era lo único que hacía bien. Siempre se me dio eso del deporte aunque a mi madre no le agradaba mucho. Ella me pintaba en algo mas estético. Yo no soy así, nada que hacer.
Hace ya tiempo que deje mis sueños atrás y aun no sé porque. Solo dije que me esperaran y jamás regrese. Que cobarde fui. Eso lo saque de mi padre que no conocí (si lo conozco solo que prefiero que sea así). Algo debí sacar algo de ese tipo al fin es mi padre, cosa que ni me va ni me viene. El punto es que no me detuve jamás, pienso que es demasiado tarde para regresar. Algo me dice que no, algo que no quiero escuchar, y que he silenciado siempre. Para mi tan solo es otra de las voces del mas allá. Pertenecientes a mis fantasmas que conviven en mis carnes. Que desdicha que ya ni llueve en este lugar. Y pensar que la lluvia me hacía pensar mucho. Ahora vivo pensando que ya ni me doy cuenta cuando vivo así que es normal en mi hallarme distraída. Si no es relevante para mi selectiva mente lo descarto inmediatamente. Es casi que una actividad automática. Ni que hablar extraño mucho el agua corriendo por mis dedos arrugados de tanto pasearse por ella En aquellos días mi inocencia me dictaba que cuando seria mayor todo brillaría como cuando se acababa la lluvia y llegaba el sol de nuevo. Mientras yo empapada en un rincón de mi ventana, temblando de frio pero sonriendo, siempre sonriendo. Ahora vivo en algo seco y reseco pero es culpa mía, soy de aquellas personas que odia ser vulnerable, ser sensible, me he obligado casi siempre a que mi alma no se doblegue, no me gusta que me vean débil. Odio eso de mi porque en cierta forma soy una mujer sensible, y escupo en mi sensibilidad. Alejo a las personas con mi actitud, y más a las personas que puedan ver a través de mi coraza. Temo a que me hagan daño, no sé cómo son capaces de verme si estoy tan oculta, por eso les temo. Quisiera encontrar un oasis en este inmenso desierto en el que vivo, pero estoy segura que no lo encontrare mientras siga siendo tan hostil conmigo misma. A veces me pregunto si volverá a caer del cielo una sola gota de agua, para sentir alguna vez que mi vida no se seca con el pasar del tiempo, como creo que lo hace ahora.
Tú que atrevidamente lees esta página, que te has adentrado en mi oscuridad, y que has vagado conmigo en mi desierto, te pido por favor no seas como yo, no te revuelques en tus sentimientos, se uno con ellos y escapa del agobiante sol y de la arena seca del desierto, y busca tu oasis, mientras que yo sola aquí al pie de mi ventana sigo esperanzada con verme otra vez jugando bajo la lluvia hasta que vuelva a oscurecer.
Atte
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PDTA: Corre por ti no por otros, así la gloria será perfecta.
by: Eddy Ryam, En honor de la que calla cuando debe hablar, y que se enoja cuando debe reir
