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viernes, 20 de septiembre de 2013

El Máximo Dictador

Foto Tomada de Internet
A pocos días de salir como electo, quien lo diría Yo el hombre que alguna vez soñaba con ser de todo menos ocupar el máximo cargo de la nación, cuando me postule no creí para nada que ganaría, quien lo diría  doble en votos a mi rival del partido opositor, pobre de él, se gastó una millonada en su campaña política y un gamín de barrio como lo soy yo, le robó el puesto, muchos dirían que es la justicia divina ya que la nuestra no llega ni coja. Yo Mayor de edad identificado con algún número de cédula de ciudadanía,  colombiano "raspa-cucayo" y come calentado, amigo de la noche e hijo del placer de vivir bien, vaciado hasta los tuétanos,  más loco que nunca, mechudo y rockero, amante de los buenos y vistosos sonidos del viento, pogero y desalineado, que a duras penas termino su carrera universitaria, es y será por los próximos años el máximo mandatario que regirá a los Colombianos, solo resta decirles que: ¡Fuck Yeah!

Quede sorprendido con la noticia, pero la verdad es que para la noche de posicionamiento me dio flojera usar pantalón clásico, en mi armario solo hay jeans, por tal motivo solo basto una buena bañada, una peinada decente, mis jeans una camiseta de Led Zeppelin y una chaqueta que nunca me había puesto porque no había hallado ocasión  todos los encopetados miraban mi aspecto, y en sus miradas vi claramente como sonaban sus mentes, "Nos cagaron el País" , nada que hacer escuálidos copetines, yo soy el nuevo mandatario, sabía que no iba hacer fácil este cargo, así que trate de llamar a hombres totalmente preparados para mi mandato, gente aguerrida que empujen esta enorme maquinaria de mierda que no sirve nunca (traducción = El País) , por eso me levante a los tipos más revolucionarios de las universidades públicas de la nación, pelaos de la Nacional, de la Universidad del Atlántico, gente que creció haciendo valer sus derechos a punta de huelgas y protestas, esos son mis ministros, veía lamentarse a los viejitos del congreso y la cámara  que hallaban desde ya la forma de quitarme del máximo cargo, en mi primer discurso recuerdo exactamente lo que dije, porque la verdad no fue mucho, soy un tipo de pocas palabras pero muchísimos gestos, no se ocultar lo que siento, por eso se me hace necesario hacerlos todo el tiempo, me pare delante del micrófono y me arregle el saco, y empecé:

"Buenas noches gente de Colombia, yo no llegué a hacer absolutamente nada, yo no cambiare nada, soy solo un hombre, ¿Que carajos puede hacer un solo hombre por ustedes?, la vaina radica en todas sus cabezas y quizás estos viejos que sentados detrás de mí que de seguro están planeando como sacarme de este cargo, les han ocultado la verdad de todo, dejen de ser tan huevones y presten más atención a su País, se han cagado cada rincón de esta tierra y nadie dice nada, no vengo a fregarlos a ustedes, vengo a fregarlos a ellos los que nos enseñan a ser mediocres, gracias".

Recuerdo que me di la vuelta y a los viejos que andaban conspirando a mi espalda les he sabido mostrar mi dedo medio, diciéndoles que se jodieran, sus caras palidecieron, les di motivos suficientes como para sacarme, al día siguiente primera plana internacional, salí guapo, excepto por el pequeño detalle de que mi vulgar gesto estaba disponible para todo público, creo que exagere, pero que carajo, soy simplemente un punto arcoíris en medio de un enorme lienzo blanqueado, mi gabinete estaba simplemente sorprendido,  al día siguiente levantado temprano (tipo diez y media), reunión  con mi gente, tomamos algunas decisiones importantes que queríamos lograr, como que la educación gratuita fuera por lo menos hasta bachillerato, lograr una distribución más equitativa de las ganancias en el asunto de la explotación de los recursos, medidas regulatorias ambientales rigurosas, reformas por aquí y por allá,  pero se nos avecinaba un gran reto, en pocas semanas se dictaría sentencia sobre nuestra soberanía en el archipiélago de San Andrés y Providencia, al parecer países hijos y esclavos de los verdes, querían llenarse los bolsillos a costa de nuestras tierras, no se podía permitir tal hazaña, habíamos sido idiotas y ya habíamos regalado en el pasado algunos territorios que nos pertenecían, así que fuese cual fuese aquel resultado a mí me importaría un rábano, puesto que ya tenía claro que esas tierras y aguas eran de nuestro país, que eran de la gente que habita esas preciosas tierras y nadie me haría cambiar de opinión.

Continuara...

POR: Eddy Ryam