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viernes, 4 de diciembre de 2015

El hombre duda y nace la ciencia

Nosco me aliquid noscere: at quidquid noscit, est: ergo ego sum 
Conozco que yo conozco algo. Todo lo que conoce es; luego yo soy 
Gómez Pereira 

Si recordamos nuestra niñez, seguro hallaremos a una persona dispuesta a aprender, a explorar y a preguntar. Desde cuando éramos niños hasta hoy en día, podemos trazarnos una ruta de lo que hemos enfrentado a lo largo de nuestra vida y podemos hablar de lo que hemos aprendido. Los retos y desafíos a los que hemos enfrentado, los superamos (por ello estamos aquí), pero sobretodo y lo mas importante es que hemos aprendido de todos ellos. Siguiendo en retrospectiva podemos decir con total certeza que la exploración de nuestro mundo interno y el entorno al que estamos sometidos, esta enmarcada en una frase tan simple como compleja a la vez: ¿por qué?. No importa el apellido que le demos a dicho interrogante, el <<¿por qué?>> se nos convierte en una constante de nuestra vida y nuestro desarrollo, tomando al principio como fuente de información los adultos que nos rodean en los cuales depositamos nuestra confianza para construir nuestros primeros conocimientos, pero aun así nuestra propia experiencia nos enseña muchas mas cosas de las que podemos imaginar, y así empezamos a construir la gran red de conocimiento propio. Con este pequeño ejercicio nos hemos enfrentado a nuestro pasado y por ende a las respuestas que le hemos venido dando a nuestras preguntas, no obstante, teniendo todo un mundo por explorar, en este punto exacto de nuestra vida estamos igual o peor que antes, seguimos siendo seres repletos de dudas e incertidumbres. 
Representación artística del eterno retorno; tomada de la web.

Una respuesta es una semilla de dudas que será un inmenso y frondoso árbol donde sus ramificaciones se hacen infinitas. El hombre es un ser de preguntas, de dudas, nuestra sed insaciable de respuestas nos conlleva a siempre preguntarnos, tomamos como base nuestros cuestionamientos para obtener conocimiento, lo dijo Aristóteles, <<Cuando la duda se acepta como ignorancia puede ser fuente de conocimiento por el estudio y la crítica>>, pero, ¿Qué es la duda?. Si hablamos de la duda como un cuestionamiento para construir el conocimiento, debemos verla actuar desde el método. Para muchos pensadores y científicos, la duda es fundamental, la frase <<Cogito ergo sum (pienso, luego existo)>>, del famoso filosofo René Descartes es una clara evidencia de lo anteriormente dicho. Descartes en su afán de hacer a la filosofía una ciencia exacta e indudable, plantea un método con ayuda de ya conocidas ciencias exactas como las matemáticas para lograr que la filosofía tenga un carácter científico. Pero, lo que verdaderamente nos interesa del pensamiento de Descartes es aquello que se conoce como los niveles de dudas: la falacia de los sentidos, la imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño, y la existencia del genio maligno que manipula nuestra mente. No nos compete profundizar en dichos planteamientos, pero en estos tres niveles Descartes nos muestra que nuestras verdades son epistémicas, y evidentemente la duda metódica que plantea es un gran nudo del cual no se puede zafar. 


Descartes no fue el único y tampoco el primero en abordar el tema del método de la duda, filósofos españoles tales como Francisco Sánchez, el escéptico, nos habla de las primeras ideas del método de Descartes en su obra De multum nobili et prima universali scentia. Quod nihil scitur (Del más noble y universal primer saber. Que nada se sabe), además de Gómez Pereira que mencionaba ya en su obra De Inmortalitate Animae, la idea de <<pienso, luego existo>> atribuida a Descartes. Lo que devela que la duda siempre se ha tenido en cuenta como un principio fundamental para construir conocimiento y por ende ciencia. Por otro lado, los trabajos de Marx, Freud y Nietzsche se denota el cuestionamiento y la duda de todo cimiento moral en la modernidad, abordando temas que van desde la ideología como falsa conciencia o conciencia invertida, los falsos valores y los disfraces de las pulsiones inconscientes; mostrándonos un panorama desolado, haciéndonos dudar hasta de nuestra propia conciencia. 


La duda como una suspensión voluntaria y transitoria del juicio, como un cuestionamiento, es el primer paso para construir el conocimiento. Ya hemos visto como desde niños usamos nuestros cuestionamientos a favor de esto, también vimos a algunos pensadores abrazar la idea de la duda como pilar para generar conocimiento objetivo (aunque sea esto una utopía, puesto que como quedo demostrado con los niveles de duda de Descartes, nunca hemos de tener una vista ontológica de las cosas, siempre estaremos viendo un punto de vista particular por ende epistémico) y otros hacernos ver que nuestro conocimiento es subjetivo, pero ¿Cómo el hombre llega a la ciencia?. 


Si un hombre duda y pregunta, y de alguna forma resuelve sus preguntas, y al responderse genera otras preguntas que necesitan respuesta, esto genera un ciclo de conocimiento. Este conocimiento es muy diverso y tiende a perderse por lo que el hombre lo sistematiza, para poder analizarlo y probarlo todo el tiempo, esto se conoce como ciencia. la ciencia es así el conjunto ordenado de conocimientos estructurados sistemáticamente, que han de ser evaluados constantemente a razón de probarlos para construir más conocimiento a partir del existente, pero el hombre moderno se ha venido olvidando de algo, que su conocimiento es netamente subjetivo y por ende esta sometido a la duda desde su raíz, por lo que el conocimiento de algo esta tergiversado por nosotros mismos consiente e inconscientemente. 


La duda es el principio de la ciencia, pero mayormente del conocimiento por lo que todo conocimiento es generado a partir de esta, por lo que no solo la ciencia si no que la religión tiene el mismo origen. Esta claro que la ciencia y la religión son diferentes ya que si una se basa en un conocimiento a partir de la fe y la experiencia religiosa, la otra toma como base a leyes y teorías que se dieron a partir de la experiencia y observación. El hombre jamás deja de preguntarse, La búsqueda de conocimiento es infinita y por ende constante, no hay conocimiento estático, como una corriente de agua fluye por un canal así el conocimiento se mueve todo el tiempo. 

Eduardo E. Pimienta León
link del ensayo: http://1drv.ms/1PYDp2C