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martes, 13 de mayo de 2014

¿Porque las tardes de Domingo entristecen de repente casi como un poema de Neruda?

¿Porqué el silencio, tan diferente de los sonidos del resto de la semana nos pone melancólicos?. ¿Qué es el aburrimiento dominical?, es ese estado de apatía y de tedio que nos empuja a ejecutar todo tipo de tonterías que no haríamos en un estado de actividad normal. Estoy casi segura de que todos esos retos que aparecen en el famoso libro de Guiness se intentaron con tesón durante interminables tardes de domingo. Porque si no, ¿Cómo se explica el hecho de que a alguien se le ocurra comprobar si puede cantar con la cabeza boca abajo o si puede coger huevos entre los dedos de los pies?, ¿A quién le interesa saber cuántos sujetadores pueden abrirse un un minuto?. Esto de los sujetadores me tiene intrigadisima porque pienso, abrir lo que se dice abrir es posible que se abran unos cuantos, eso depende de la agilidad de los dedos o de la práctica del que lo hace, pero una vez abiertos la pregunta es, ¿para qué?, si sólo tienes un minuto las posibilidades de que después sigas aburrido son altas y encima imagino con un calentón de época.

Otra de las dudas que me invaden sobre este tema es saber si se han hecho estudios serios sobre cuántos delitos se cometen por aburrimiento dominical y si son sujeto de atenuante en un posible juicio. “El acusado es una buena persona que se aburría en domingo, le declaramos inocente, No estaba en su ánimo cometer el delito pero el tedio al que estaba sujeto lo empujó a ello”.

Lo que sí está comprobado es que el aburrimiento en situaciones de causa mayor ( véanse apagones de electricidad), si inciden en la sociedad. La prueba está en el apagón de Nueva York en 1965 y en como nueve meses después el boom de nacimientos llevaron a la conclusión de que el carecer de actividades lúdicas modernas llevan al hombre a practicar con afán sus instintos más primitivos. Aunque aquí, hay autores que discrepan alegando que se trata simplemente de que al estar oscuro, era difícil llegar a la mesita de noche, y mucho menos, acertar para encontrar la caja de preservativos. Otros más sentimentales lo achacan a la acción del uso de las velas y el efecto que este objeto provoca en el alma romántica de las personas.

Los domingos por la tarde , tienen la tristeza de lo que se acaba y el cansancio de lo que se avecina, será por eso que a mi se me da por escribir porque ya les digo, lo de los huevos con los pies no funciona. Lo he comprobado.

Escrito por FABARINA, Ilustrado por: Karina Jimenez

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